Você está louco

Fui y corrí la K42 Bombinhas Adventure Marathon - 22 de Mayo 2010

Cuando me propusieron hacer esta nota me imaginé en una sucesión de detalles técnicos que, para mi recuerdo y orgullo, eran de oro pero para el lector podían ser más de lo mismo.

Entonces empecé por la frase que me acompaña desde diciembre: "Vos estás loco". Cada vez que le contaba a alguien que iba a correr 42 km en los morros y playas de Brasil me decía "vos estás loco".

Cada vez que nombraba que corría por senderos entre la vegetación, que sólo había 4 km de asfalto, que tenía que saltar entre las rocas y que tenía tramos de arena floja me decían "vos estás loco".

En fin… puede que tuvieran razón pero disfruté mucho de mi locura.Hoy cuento que mi preparación llevó, entre otras cosas, tres meses de trabajo específico, más de 700 km de entrenamiento, 2 pares de zapatillas gastadas y litros de transpiración, y me siguen contestando "vos estás loco"

En mis relatos de carrera puedo incluir que hubo factores impensados gracias a Mamá Natura, como la lluvia previa y en carrera, que hacía que los senderos en los morros se convirtieran en ríos de barro imposibles para afirmarse en las subidas y 100% aptos para suicidas en las bajadas, y el frío que tenía cuando mi abrigo era sólo mi querida pechera naranja que chorreaba agua.

Puedo contar también los porrazos que me pegué en el barro, cuando para bajar de los morros no quedaba otra que patinar y patinar.

Incluyo que corrí con fuerte viento en contra en algunas de las 17 playas por las que pasó la carrera sin olvidarme que, en esas y otras, la crecida del mar nos hacía correr con el agua hasta las rodillas y más.

Nunca puedo olvidar los momentos de bajón como el del km 18, donde la arena pesada y el viento en contra me hacían pensar que todos tenían razón de mi locura, como en los interminables morros del km 30 donde uno recapacita si vale la pena seguir forzando la máquina.

Pero también hay que contar los increíbles momentos donde de la nada aparece la fortaleza aunque, en esta carrera y para mí, no fue de la nada. Salió desde la playa y debajo de la lluvia, cuando los afectos argentinos me esperaban para sacarme fotos en el km 36. Es cierto que en estas carreras manda la cabeza y ese momento anímico me dio la garra para llegar hasta el final y pensar que todavía me quedaba como una hora entre morros, piedras, barro y playa.

Es sorprendente como en la mayor debilidad surgen los mejores recuerdos y así es como la buena que tiraron los compañeros de trabajo, las interminables horas de entrenamiento con el grosso del Profe Iacobaccio y todo el apoyo de los amigos y la familia pasaban por mi cabeza yendo y viniendo como " una ola en el mar".

Y así se me fué la carrera, porque llegué y pasé ese arco que desafié dos días antes cuando vi que lo armaban. Fueron 6 horas 32 minutos para dejarme 79 entre los 143 que largaron.

Saben una cosa? ... estoy escribiendo esto en un lugar público, estoy emocionado por los recuerdos, lagrimeo y sonrío, y la gente me mira como diciendo "vos estás loco".

Gustavo López Uriburu
Buenos Aires
25 de Junio de 2010